Duelos, fantasmas, mujeres violadas, blasfemias y burlas: entre los muchísimos don juanes queda la historia de la literatura como descendientes del de Tirso de Molina, es al de José Zorrilla que ha tocado tener la máxima popularidad en los países de habla española. Quizá el milagro se deba a esa manera tramposa en que el amor, de pronto, entre casi sobrenaturalmente en la vida del libertino.
Y en una curiosa pero satisfactoria injusticia, ver arder en castigo póstumo al pobre comendador mientras Don Juan es salvado por la mano de Doña Inés, convertida en emisaria de lo femenino eterno que, ya lo dijo Goethe, es quien nos salva.
Su vitalidad, su verso desparpajado, lo divertido e incesante de su acción hacen del “Don Juan Tenorio” la obra más afortunada y duradera del romanticismo español.
PRÓLOGO DE SERGIO MAGAÑA
– Contraportada